lunes, 14 de marzo de 2011

ESTILOS DE APRENDIZAJE

¿CÓMO APRENDO?

El modelo de aprendizaje llamado visual-auditivo-kinestésico (VAK), considera que la vía de ingreso de la información (ojo, oído, cuerpo) resulta fundamental en las preferencias de quien aprende o enseña. Por ejemplo, cuando le presentan a alguien, ¿qué le es más fácil recordar después: la cara (visual), el nombre (auditivo), o la impresión como sentimiento (kinestésico) que la persona le produjo?

Utilizamos el sistema de representación visual siempre que recordamos imágenes abstractas (como letras y números) y concretas. El sistema de representación auditivo es el que nos permite oír en nuestra mente voces, sonidos, música. Cuando recordamos una melodía o una conversación, cuando tenemos facilidad para aprender varios idiomas o cuando reconocemos la voz de la persona que nos habla por teléfono estamos utilizando el sistema de representación auditivo. Por último, cuando recordamos el sabor de nuestra comida favorita, o lo que sentimos al escuchar una canción estamos utilizando el sistema de representación kinestésico.

Se estima que un 42% de las personas son visuales, un 20% auditivas y un 38% kinestésicas.




LOS VISUALES.-

Las personas visuales aprenden mejor cuando leen o ven la información de alguna manera. En una clase, por ejemplo, preferirán leer un power point con imagenes y seguir la explicación oral, o, en su defecto, tomarán notas para poder tener algo que leer.
Cuando pensamos en imágenes (por ejemplo, cuando ‘vemos’ en nuestra mente la página del libro de texto con la información que necesitamos) podemos traer a la mente mucha información a la vez. Por eso la gente que utiliza el sistema de representación visual tiene más facilidad para absorber grandes cantidades de información con rapidez.
Si somos visuales no tendremos que imprimir lo que vemos en una pantalla de PC.

LOS AUDITIVOS.-

Cuando recordamos utilizando el sistema de representación auditivo lo hacemos de manera secuencial y ordenada. Las personas auditivas aprenden mejor cuando reciben las explicaciones oralmente y cuando pueden hablar y explicar esa información a otra persona.
El sistema auditivo no permite relacionar conceptos o elaborar conceptos abstractos con la misma facilidad que el sistema visual y no es tan rápido. Es, sin embargo, fundamental en el aprendizaje de los idiomas, y naturalmente, de la música.
También tiene la ventaja de poder estar hablando por teléfono y al mismo tiempo escuchar una conversación sin perder información relevante alguna.

LOS KINESTÉSICOS.-

Cuando procesamos la información asociándola a nuestras sensaciones y movimientos, a nuestro cuerpo, estamos utilizando el sistema de representación kinestésico. Utilizamos este sistema, naturalmente, cuando aprendemos un deporte, pero también para muchas otras actividades como la de leer empuñando un libro y disfrutando del contacto con el papel.
Escribir en la PC es otro ejemplo de aprendizaje kinestésico. La gente que escribe bien en la PC no necesita mirar donde está cada letra, de hecho si se les pregunta dónde está una letra cualquiera puede resultarles difícil contestar, sin embargo sus dedos saben lo que tienen que hacer.
El aprendizaje kinestésico es profundo. Nos podemos aprender una lista de palabras y olvidarlas al día siguiente, pero cuando uno aprende a montar en bicicleta, no se olvida nunca. Una vez que sabemos algo con nuestro cuerpo, que lo hemos aprendido con la memoria muscular, es muy difícil que se nos olvide.
Las personas kinestésicas aprenden cuando hacen cosas como, por ejemplo, probar por si mismo tomando una herramienta, un catálogo, una muestra, etc….
Una forma muy rápida de conocer las preferencias de aprendizaje de una persona es la clave en los ojos. Realizando una pregunta sencilla pero que obliga a la persona a pensar podemos descubrir esas preferencias.

Algunos ejemplos de actividades adaptadas a cada estilo

VISUAL AUDITIVO KINESTESICO
Ver, mirar, imaginar, leer una pantalla de pc, películas, dibujos, videos, mapas, carteles, diagramas, fotos, caricaturas, diapositivas, pinturas, exposiciones, tarjetas, telescopios, microscopios, bocetos. Escuchar, oír, cantar, ritmo, debates, discusiones, cintas audio, lecturas, hablar en público, telefonear, grabar, entrevistas. Tocar, mover, sentir, trabajo de campo, pintar, dibujar, bailar, laboratorio, hacer cosas, mostrar, reparar cosas, leer un libro.





Espero que esto pueda servir de utilidad para comprender de una mejor manera como favorecer el aprendizaje de los niños/as,  logrando entender así, sus preferencias y características personales.
 

jueves, 3 de marzo de 2011

Dormir: Un aspecto importante del desarrollo saludable

 

Dormir. Es algo que todos los seres humanos necesitamos. Forma parte del ritmo de la vida y del ciclo vital. Sabemos que los bebés duermen mucho. Los bebés pasan más de la mitad de las horas del día dormidos. Aun para la edad de dos años, un niño pasa más tiempo dormido que despierto. En conjunto, los niños pasan casi el 40 por ciento de su niñez durmiendo.
¿Por qué necesitamos dormir? El sueño es un elemento necesario del funcionamiento saludable del cerebro. Necesitamos un número adecuado de horas de sueño reparador para conservar nuestra buena salud general. El sueño influye directamente muchas de las funciones del cuerpo y ayuda al organismo a curarse, crecer y mantener su funcionamiento correcto. Asimismo, estudios recientes han establecido vínculos entre el riesgo de la obesidad y la insuficiencia de sueño. Cuando dormimos un número adecuado de horas, el cerebro produce sustancias químicas que ayudan a controlar el hambre y el peso. Tanto la cantidad como la calidad del sueño que conseguimos no solo puede determinar qué tan alertos permanecemos, sino que puede afectar nuestra seguridad, nuestra memoria, nuestros estados de ánimo, nuestra conducta y hasta nuestra capacidad de aprendizaje. El sueño es especialmente importante en lo relacionado con el aprendizaje en los niños.

¿Cuántas horas de sueño necesitan los niños?

El sueño es tan importante para el desarrollo y el bienestar de los niños como lo son la nutrición y la actividad física. Asegurarse de que sus hijos descansen lo suficiente no es más que una de muchas preocupaciones que tienen los padres de niños de corta edad. Sin embargo, con frecuencia los padres no están seguros sobre cuánto sueño requieren sus hijos y sobre cuánto sueño es suficiente. Médicos y otros expertos han recomendado las cantidades siguientes de sueño para los niños, según su edad:

Recién nacidos: De 11 a 18 horas
Los recién nacidos y todos los bebés duermen en forma intermitente por períodos de unas pocas horas. Los bebés no desarrollan un patrón regular de sueño/vigilia sino hasta alcanzar los 6 meses de edad, aproximadamente.

Bebés: De 14 a 15 horas
Desde los dos meses hasta un año de edad, los patrones de sueño de los bebés van avanzando hacia un patrón regular de sueño/vigilia, con una o dos siestas a lo largo del día.

Niños que comienzan De 12 a 14 horas a caminar:
La mayoría de los niños de esta edad duermen durante la noche, solamente con una siesta durante el día.

Edad preescolar: De 11 a 13 horas
Para esta edad, deberían haberse establecido patrones de sueño uniformes, y al alcanzar los cinco años, probablemente ya habrán eliminado las siestas.

Edad escolar: De 10 a 11 horas
Los niños en edad escolar necesitan tener una cantidad adecuada de sueño para que funcionen en su óptimo nivel. Las demandas cada vez mayores sobre su tiempo - provenientes de la escuela, sus actividades extracurriculares y su vida en el hogar - pueden ser causas por las cuales los niños en edad escolar no descansan lo suficiente.



El sueño es un aspecto importante de la buena salud. Desempeña una función en todos los elementos del desarrollo del niño - desarrollo físico, cognoscitivo, social y emocional. Sin embargo, resulta fácil pasar por alto esta condición. Es natural que usted presuma que su hijo duerme lo suficiente, simplemente porque usted lo hace. Los niños necesitan muchísimas más horas de sueño que los adultos. Sin una cantidad suficiente de sueño, los niños pueden volverse malhumorados, llorosos, agresivos, propensos a los accidentes, e incapaces de no poder concentrarse o aprender, e incluso pueden llegar al extremo de dormirse mientras se encuentren en su programa de cuidado de niños o en la escuela.
Asegúrese de que su hijo duerma el número recomendado de horas. El establecimiento de buenos hábitos de dormir para su hijo mientras sea pequeño no solo le ayudará a usted sino que beneficiará a su hijo por muchos años en el futuro.